El consejo del día: Es preferible una mala decisión a no tomar ninguna!

La parálisis que produce el análisis, es el veneno del cual los emprendedores están continuamente alimentándose. Estamos constantemente oscilando con nuestras preguntas mientras intentamos tomar las decisiones perfectas. Escuchamos a nuevos analistas y nuevos puntos de vista. Tenemos reuniones y vemos presentaciones. Escuchamos argumentos de todos los lados. Formamos sub-comités. Pasamos incontables horas en Google. Y luego, decidimos que no tenemos información suficiente para sentirnos aptos para tomar una decisión. Entonces rehacemos nuevamente nuestra planificación.

¿Adivina qué? Hay millones de personas en este planeta que están dispuestas a levantarse cada mañana, vestirse y arrastrarse a sí mismos al trabajo para que alguien les diga lo que tienen que hacer. Pero requiere un real líder ser quien toma una decisión. Ellos son quienes marcan el rumbo, y quienes, en última instancia, están dispuestos a cargar con la responsabilidad del éxito o del fracaso en sus hombros.

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En la autobiografía del General Norman Schwarzkopf, It Doesn’t Take a Hero (No se necesita un héroe), él comparte 14 reglas para el liderazgo. La regla 13 dice, “Cuando seas puesto a cargo, toma el mando.” Tomar una decisión es la única manera de ir hacia adelante. Sí, incluso cuando tomes las decisiones equivocadas. Una persona que toma miles de malas decisiones es mejor que una persona que nunca toma una decisión.¿Por qué? Porque una persona que toma miles de decisiones equívocas ha elegido miles de cosas que no funcionan. Ellos están mucho más preparados para ir en la dirección del éxito que la persona que está en el cuarto día consecutivo de mirar presentaciones PowerPoint del Plan A vs. el Plan B.

Nadie te recomienda que dejes de lado tu prolijidad. Sin embargo, puedes observar al gobierno de Estados Unidos como un perfecto ejemplo de no tomar decisiones. Años de planear, debatir, tener reuniones, formar comites, formar sub-comites, construir propuestas y exponerlas, años después los altos mandos finalmente muestran un plan para llevar a cabo. No obstante, una vez que el plan ya está siendo ejecutado, ellos siguen haciendo ajustes en el camino.

Como seres humanos, queremos evitar cometer errores y fracasar. Nuestros cerebros han aprendido a asociar tomar una decisión incorrecta con el dolor. Como consecuencia, nos volvemos temerosos de tomar cualquier decisión a menos de que estemos completamente seguros. Nuestro lado del control está convencido de que tenemos todas las piezas del puzzle (información y hechos) para armar el plan perfecto y así evitar el dolor. Si investigamos un poco más, si indagamos un poco más, analizamos un poco más, entonces podemos evitar el dolor. Pero esto es una ilusión que nuestras mentes han creado.

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Lo irónico es que, la tensión y el estrés que soportamos mientras no tomamos una decisión es exactamente la misma tensión y estrés que tratamos de evitar para no tomar la decisión equivocada.

Nunca habrá un plan perfecto. Los emprendedores exitosos se han acomodado a la incertidumbre. No dejan que la indecisión les quite su energía o tiempo. Estos emprendedores entienden que tomar una decision, incluso una mala, es momentum para ir hacia adelante. Ellos han hecho las paces con el conocimiento que cometer errores es mucho más enriquecedor que cualquier presentación de comité.

Finalmente, la única decisión comprometedora que puedes tomar para ti y tu negocio, es no tomar ninguna decisión.

¿Cuántos de ustedes han experimentado le parálisis de análisis y han aplazado una decisión por semanas cuando la podrían haber tomado en días?

Fuente: Katherine Keller, Entrepreneur.